Wednesday, January 26, 2005

Pruebas de la existencia de Cristo

Los cristianos creen que Jesucristo es el hijo de Dios que se hizo hombre y habitó entre nosotros, pero, al margen de si era o no el hijo de Dios, ¿habitó realmente entre nosotros? ¿Qué pruebas hay de que Jesús existió como ser humano?.

Los evangelios

La principal evidencia de la historicidad de Jesús, para los cristianos, son los Evangelios. Los 4 escritos que relatan la vida de Jesús están llenos de eventos sobrenaturales, mágicos e inverosímiles; se refieren a Jesús como un ser mitológico, hijo de Dios y mujer. Los milagros y fantasías les quitan valor histórico. Los evangelios se escribieron más de cien años después de la supuesta muerte de Jesús, sus origenes y autores son desconocidos, más alla de que la tradición cristiana los atribuya a los apóstoles. Los evangelios contienen imprecisiones cronológicas, históricas, geográficas y de costumbres de la época. Por ejemplo, se relata que José Y María tuivieron que viajar a Belen para que los censen; eso es absurdo, todos los censos romanos contaban a la gente en el lugar en que vivían y nadie tenía que viajar al lugar de su nacimiento para ser censado. Los 4 evangelios considerados oficiales no son los únicos que relatan la vida de Jesús, existen otros llamados Evangelios Apócrifos, que se escribieron en la misma época y que difieren en la biografía de Jesús; esas diferencias biográficas no se presentarían si realmente hubiera existido el Jesús de carne y hueso. Todos los historiadores serios coinciden en que los evangelios no son fuentes históricas confiables, solo hablan de un Jesús mítico, no son prueba de que el Jesús histórico haya existido

Fuentes no cristianas

También se presentan algunas pruebas de fuentes no cristianas, siendo las más importantes los escritos de Josefo, Tácito, Suetonio y Plinio el Joven. Veremos que dicen de Jesús:

1.- Flavio Josefo: (37-94) En el tomo XVIII de su obra "Antigüedades Judías", hay un pequeño párrafo que se refiere a Jesús y que la Iglesia llama "el Testimonio Flaviano". La falta de autenticidad del párrafo es reconocida incluso por académicos cristianos y es por demás evidente: El hilo del relato de Josefo se trunca antes, y continúa después, de la cita. Josefo supuestamente se refiere como un hecho a la "Resurrección del Mesías", afirmación absolutamente inverosímil pues Josefo era judío ortodoxo y como tal no creía en la resurrección de los muertos, ni tampoco en la llegada del Mesías, como se aprecia en toda su obra. Jesús no es mencionado en las cientos de hojas anteriores ni restantes de la obra de Josefo (ni de ningún otro historiador de la época). El "Testimonio Flaviano" se menciona por primera vez en el siglo IV; el historiador cristiano del siglo III, Orígenes, hace referencia a la obra de Josefo y no menciona el párrafo sobre Jesús, no obstante que hubiera sido de capital importancia para sus propósitos; es evidente que en época de Orígenes aún no existía la inserción. La propia Iglesia Católica reconoce que la cita contiene "interpolaciones piadosas hechas por frailes transcriptores de siglos posteriores", forma elegante de reconocer el fraude.

2.- Tácito (54-119) relata la persecución de cristianos por Nerón tras el incendio de Roma. Aún en el supuesto de ser auténtico, el relato no prueba que hubiera existido Jesús, solo probaría que había cristianos en época neroniana. Los académicos dudan de la autenticidad de estas referencias, entre otras cosas porque se acusa a Nerón de incendiar Roma, lo cual es mentira pues está probado que Nerón no se encontraba en Roma en época del famoso incendio.

3.- Suetonio (75-160) se refiere a un tal Crestus que se encuentra en Roma incitando a la rebelión en época de Claudio, entre el 41 y 54 de nuestra era. Crestus es un nombre griego de la época y significa "Bueno", mientras Cristo significa "Mesías", no son la misma persona. Según las tradiciones cristianas Jesús nunca viajó a Europa y murió en el 33; por lo tanto no podría estar creando disturbios en Roma en el año 41.

4.- Plinio el Joven (61-115) dice en una carta que "al amanecer los cristianos entonaban cantos al Cristo como su Dios". Eso tampoco prueba que haya existido el Jesús histórico, solo prueba que ya había cristianos en el siglo II.

Fabricación de pruebas

También se mencionan algunas otras pruebas, pero son muy poco serias para tratarlas todas. Baste el siguiente ejemplo, hay una carta de un ficticio Publius Lentullus "Presidente de Jerusalén" (cargo también inexistente) en la que describe a Jesús de la siguiente forma: "Es de estatura alta.. sus cabellos son de color de avellana ..... la cara agraciada por un agradable sonrosado ... los ojos .. azules claros". Esta carta apareció en Europa en el siglo XIII y dio origen a la imagen del Jesús europeo que hasta hoy vemos en la iconografía cristiana. Pese a lo evidente del fraude, la carta de Lentullus aparece como verdadera en algunas páginas web.

¿Cristianismo sin Cristo?

A falta de pruebas, los cristianos argumentan que no podría haber Cristianismo sin Jesucristo. Eso es cierto, pero no es necesario que Jesucristo haya sido una persona de carne y hueso; para fundar la creencia es suficiente que exista el personaje mítico. Y es lo más factible pues es altamente improbable que un grupo de personas, por crédulas que sean, acepten que uno de ellos sea Dios, primero, por lo esquizofrénico de la pretensión, y segundo porque los judíos eran fervientes monoteístas y no concebían hombres-dioses en sus tradiciones

El origen del mito de Jesús

El Jesucristo humano de los evangelios aparece como consecuencia de la fusión del mesianismo judío y de las religiones gentiles, helenísticas y orientales. En esa época se veneraba a Dioniso, a Mithra y a Krishna, hombres-dioses con historias sospechosamente similares a la de Jesús pero cuyo origen es mucho más antiguo que el cristianismo. La historia del Jesús humano se va formando conforme el mesianismo se aleja del judaísmo y se propaga entre los gentiles, diferentes grupos de cristianos fabrican su propia imagen de Jesús y su propia versión de la doctrina, surgiendo disputas entre ellos. Recién en el siglo IV, en el Concilio de Nicea, los obispos cristianos echan al voto cual iba a ser la historia oficial de Jesús. A partir de entonces se aceptaron los 4 evangelios oficiales y se descartaron muchos otros, apócrifos, que relataban biografías de Jesús diferentes o que presentaban otra concepción del dogma. Por siglos se han enseñado los evangelios oficiales como si describieran una historia verdadera. A través de los siglos se ha impuesto el mito de Jesús. Los libros de historia, las enciclopedias y los medios de comunicación, repiten esta mentira oficial hasta hoy, pero sigue siendo solo un mito. No hay pruebas de que Jesús haya existido.

"Ausencia de pruebas no es prueba de ausencia"

Otro argumento utilizado para defender la historicidad de Jesús, es que "la ausencia de pruebas no es prueba de ausencia". Este razonamiento es solo parcialmente válido; no se puede probar que Jesús no existió, pero quien debe presentar pruebas de que algo es verdad es quien afirma tal cosa y no quien la niega. De lo contrario podríamos decir que "como no se puede probar que los extraterrestres no dominan el mundo, entonces es cierto que lo dominan". No corresponde a los escépticos probar que Jesús no existió. Son los que afirman que sí los que deben probarlo.

La fe o la verdad

Ante la abrumadora falta de pruebas y argumentos racionales a los cristianos solo les queda la fe, y se aferran a ella porque en el campo de la fe no hay razonamiento que valga. Jesús existió pues ellos desean fervientemente que haya sido así. Es un fenómeno psicológico similar al que ocurre hoy con el pueblo norteamericano, muchos no creen que su ejército haya invadido injustamente a Irak ni que estén asesinando inocentes. Creen en Bush, el "comandante en jefe" y aceptan su versión de los hechos Es la misma hipocresía que ha llevado a los cristianos, por siglos, a preferir la mentira que se les impone a la verdad que los compromete. Así se ha aceptado hasta nuestros días el mito de Jesús, no tiene que ser cierto, de tanto repetirse termina creyéndose. Es una concepción errada del mundo, es el error de los padres, de los maestros, de los amigos, de la sociedad. Entonces, pensamos, tiene que ser verdad porque tanta gente no puede haberse equivocado de tal forma y por tanto tiempo. Pero, así ocurre, Jesucristo es solo un mito, no hay pruebas históricas de que realmente haya existido.


Walter